rol de madre: construcción social
- nicolebrc
- 30 may 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 2 jun 2020
Resumen:
La construcción social del rol de madre en la mujer, su evolución y participación en la formación de la sociedad mundial y particular, es un interesante caso de estudio que nos permite conocer el fundamento del resultado que vemos en los componentes sociales. Nos permite evaluar como sociedad, si los roles que hemos formado y lo que esperamos de estos es realmente lo que necesitamos. En este ensayo se presenta el rol de madre, su evolución, transformación y el resultado actual desde la perspectiva sociológica que nos permite un análisis digerible y profundo de este fenómeno atemporal, presente al inicio del mundo y vigente a la fecha.
Madre, aunque sea de bejuco. Según la primera acepción del Diccionario de la lengua española, la palabra rol significa «función que alguien o algo cumple», y proviene del inglés role, papel de un actor, y este del francés rôle. Es sin duda un componente clave de la interacción social que abarca las expectativas o conductas que se esperan de los individuos sociales. En este ensayo específicamente trataré el rol de la mujer como madre.
Para determinar un rol, es imprescindible el factor geográfico, la cultura moldea los roles y cada grupo cultural presenta distintos patrones. Me parece interesante que, aun así, el rol de la mujer y su facultad de madre tiene marcadas similitudes, se adapta con la evolución de la propia mujer y de la sociedad, pero su valor central permanece constante, ácrono. Imposible ignorar la relación inmediata de las palabras mujer y madre, consideradas incluso como equivalencia, asumiendo el concepto de maternidad como una característica de la mujer. La maternidad por lo tanto es un fenómeno psicocultural que va más allá de la reproducción, desligado del acto natural que da como resultado la creación y formación de un nuevo individuo; “es un constructo social y simbólico que adquiere diferentes significados en diferentes contextos sociohistóricos” (Royo, 2011).
Para estudiar el rol de madre hay que conocer la raíz, evaluar el tronco y reconocer el crecimiento, para poder entender el fruto (si tiene sentido). Esto se traduce a un análisis cauteloso de la evolución de la maternidad y los factores que la constituyen: mujer, sociedad, cultura, por mencionar algunos.
La mujer se identifica como mujer meramente por su aparato reproductor, por su naturaleza, su elemento biológico (fuera del debate de género); estrechamente relacionada está la capacidad de reproducción, de concebir una criatura, formarla en su vientre y aportar un nuevo individuo autónomo a la sociedad. Veamos el rol de madre evolucionar de la mano con la sociedad:
Prehistoria. La posición bípeda acorta el periodo de gestación y deja las manos libres, da como resultado una criatura que no ha completado el ciclo de formación, depende de la madre y su cuidado.
Mitología griega. Presenta dos figuras principales de la mujer: diosas vírgenes y diosas vulnerables, que representan la hija, esposa y madre (interesante como asocia vulnerabilidad con esposa y madre).
Imperio Romano. Mujer equivale a procreación. Crianza en manos de terceros, ausencia de la madre en esta etapa.
Edad Media. Madre se relaciona con procreación, gestación, parto, lactancia; participa en los primeros años de vida, luego el padre se encarga de la educación de los hijos y las madres continúan con las hijas.
Biblia (A.T. - N.T.). Las relaciones sexuales directamente relacionadas con la procreación. Gestar era considerado una gracia de Dios, por el contrario, la infertilidad (de la mujer) era castigo. Maternidad equivalente a logro, quien lo alcanza, ocupa espacio reconocido en la sociedad, un privilegio.
Era Romántica (XVII-XVIII) - Revolución Industrial. La sociedad toma en cuenta las necesidades del niño/niña, vínculos familiares. La madre representa el amor y la empatía, padres y hombres de poder delimitan la crianza y las madres la ejecutan, responden a las necesidades de los hijos. Inicia la separación ideológica del hogar (cálido-común) con mundo laboral (frío-individualista).
Era Moderna. Crianza adquiere importancia, se considera como empresa científica. Predomina el desarrollo de la lógica, razón, método científico. Relación de la domesticidad con la mujer, encargadas de crear un hogar funcional. Se resta participación al padre, se introduce término de madre soltera.
Era Postmoderna (XX-XXI). Redefinición de los roles parentales, maternidad ya no equivale a realización personal y la crianza pasa a ser una tarea colectiva. Transformación en la sociedad da como resultado un replanteamiento de los roles tradicionales. Maternidad ya no es un logro, la mujer se supera en otros ámbitos de su vida, tiene participación laboral y fuera de casa. La función materna incluye nuevos factores, en la crianza participan: madre, padre y sociedad; prueba de esto son las licencias postnatales para los padres.
La madre postmoderna se enfrenta a nuevos parámetros de evaluación y a la vez un nuevo escenario para los esfuerzos en busca de superar su inferioridad, “no es el amor lo que determina que una mujer “cumpla” con sus “deberes maternales”, sino la moral, los valores sociales o religiosos, confundidos con el deseo nada transparente de la madre” (Palomar, 2005)
La madre actual presenta contradicción en la definición de sí misma, no logra unificar los significados para una única función (madre), identificamos también una madre actual sumergida en la saturación social, de cierta forma inestable, aun así, esperan que se haga cargo de una vida, de crear una fundación en el nuevo individuo, cuando la propia no tiene solidez. Una consecuencia de estos fenómenos en las madres es la depresión, que se presenta ya no como una patología, sino como una respuesta de personas comunes y corrientes a los sentimientos de insuficiencia frente a responsabilidades que no se cree poder sobrellevar (Ehrenberg, 2000). La madre que se formaba en la privacidad, ahora expuesta al público, cae en la evaluación y monitoreo constantes que la atan a una competitividad para la que no está preparada.
Hoy determinamos maternidad por dos factores principales: genético y afectivo. La maternidad abre sus amplias puertas y recibe a madre genética, gestacional, afectiva, procreacional o volitiva, jurídica y biológica; lo ideal o normal tal vez sería que una mujer reúna todos estos elementos, pero se presentan nuevas situaciones a las que la sociedad responde de esta forma. En el pasado encontramos una madre opuesta a la mujer, una relación repelente, la mujer en búsqueda de la autorrealización y autosatisfacción, dejando poco espacio para la maternidad, ya no es una madre que se dona y deja de ser mujer para ser madre, ahora busca un propio placer, un desafío al modelo patriarcal.
Veo una sociedad que intenta sanar ese conflicto de la mujer consigo misma, pasar de madre o mujer a madre y mujer. La evolución claramente muestra la diversidad con la que se arropa el concepto de madre. La mujer de por sí tiene un papel fundamental en la sociedad, el rol de madre viene a enfatizar su importancia.
Creo que, en tanta evaluación, la sociedad ha fallado en juzgar o calificar a la madre en su generalidad. Cada segundo es un hecho irrepetible en la vida de la mujer dentro de este rol, ni siquiera los partos se comparan, cómo podemos igualar o medir a una madre en su papel completo cuando en lo más mínimo de ella destella la singularidad.
Hemos entrado a una etapa de la sociedad, aún en construcción, que celebra la experiencia personal e individual, que reconoce el sacrificio de una madre; no la que renuncia a su vida de mujer, sino la que elige agregar el título de madre a su cartera.
Una sociedad, aún en construcción, que consuela el sufrimiento de la madre, en su depresión post parto, por ejemplo, y le tiende la mano, una sociedad que empieza a desaprender la crítica constante al manual maternal de cada mujer, la tradición y cultura transmitida, inscrita en el actuar, fruto de la experiencia personal. Reconozco una sociedad que intenta apoyar a la madre en su increíble labor de mantener el mundo en funcionamiento.
Recuerdo una frase, no recuerdo el autor, afirma que el mundo no se acaba mientras la mujer tenga la capacidad de concebir en su vientre y dar vida, tiene sentido; lo que no tiene tanto sentido es la opresión que han sobrellevado las madres y la carga individual que han llevado a través del tiempo, y al día de hoy, creo que no le damos la importancia que merece una sana construcción de parte de la sociedad al rol de madre, desempeño, acompañamiento y asesoramiento en sus funciones, una expectativa realista de la mujer en ese papel. En la madre está la sociedad que tuvimos, tenemos y la que buscamos.
30/05/2020
Bibliografía
Ehrenberg, C. G. (2000). Governing Children, Families and Education: Restructuring the Welfare State.
Palomar, C. (2005). Maternidad: Historia y Cultura. Guadalajara.
Royo, R. (2011). Maternidad, paternidad y conciliación en la CAE. España.
PSYKHE 2006, Vol.15, N.º 2, 93-103 https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22282006000200009
PSICOLOGÍA - Segunda época / Vol. 30, No 1-2011 / pp. 147-158 / ISSN: 1316-0923 http://190.169.94.12/ojs/index.php/rev_ps/article/viewFile/3690/3534
Excelente aportación, te felicito. Adelante!!!!!!
Con este material estas dejando un aporte a la sociedad. Bendiciones.