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Cultura Política Dominicana: Campañas Electorales.


Uno de los objetivos de la sociología es tratar de explicar cómo los individuos realizan cierto tipo de acciones, toman decisiones y la motivación que impulsa dicha acción. La toma decisiones ocurre en función de presiones y condiciones sociales que alimentan una opinión y se relacionan directamente con el producto final que se presenta. Los resultados de las votaciones obedecen a situaciones de clase, ocupación y estatus socioeconómico de los electores. Somos receptivos a los mensajes que se asemejan a lo que pensamos, preferimos y rechazamos, los que son en tipo y forma a lo que estamos acostumbrados (Lazarsfeld, 1960).


Las organizaciones son redes de decisiones. Una decisión se considera como un proceso de análisis y elección entre diversas alternativas disponibles. En la selección de la alternativa existe la condición implícita de la racionalidad. Hay que advertir que la elección racional no es un mecanismo completamente acertado toda vez que el actor racional solo pudiera estar apelando a lo que cree que es el mejor medio (Elster, 1996). Quien toma una decisión debe identificar todas las alternativas disponibles, pronosticar consecuencias y evaluarlas según los objetivos y metas, pensar a futuro. Para tomar una decisión se necesita información del presente, información del futuro (lo que se quiere conseguir) y valores y preferencias (Choo, 1999).


Las personas comunes toman decisiones bajo condiciones de racionalidad limitada, una voluntad limitada y un interés propio limitado. La racionalidad limitada es una concepción planteada por Herbert Simon (1982) donde reconoce que las capacidades de procesamiento de información de las personas son limitadas en virtud de memoria insuficiente y defectuosa. No se dispone de todo el conocimiento en parte porque no se tiene acceso a toda la información, y el tiempo al momento de tomar una decisión; por tanto, las personas son razonables aceptando y lidiando con sus limitaciones, utilizando atajos y métodos prácticos (Simon, El comportamiento administrativo, 1982). Estos planteamientos describen cercanamente la población dominicana en su papel de votante, comúnmente ignorante a las situaciones que relacionan a cada partido, es necesario también hacer un análisis por grupos poblacionales ya que son bien marcadas las diferencias entre los diferentes grupos, por ejemplo: la juventud que vota por primera vez, aun siendo influenciada por padres y abuelos, tiene una noción más despierta de la política dominicana, los partidos y los candidatos y están dispuestos a investigar y adentrarse en las propuestas con tal de elegir al candidato que mejor defienda los ideales de democracia, transparencia y capacidad de gobernar, un grupo muy diferente al de las pasadas elecciones en su primer voto; en contraste con el grupo poblacional de 45-60 años que ha sido testigo de numerosos gobiernos, presidentes y desempeño de cada uno, aun así se mantienen firmes y “fieles” a sus partidos sin importar el candidato o las propuestas que se planteen. No me refiero a la generalidad de la población, solo una porción de la que presenta estas características. (Puede variar) (OPD, 2019)


Según Wikipedia, una campaña política o electoral es un esfuerzo organizado llevado a cabo para influir en la decisión de un proceso en un grupo. La campaña se compone principalmente de tres elementos: mensaje, dinero y activismo. La combinación estratégica de estos componentes resulta en muchos casos en el éxito de la campaña. ACE Project – Red de conocimientos electorales explica que durante la campaña los candidatos buscan hacer llegar su mensaje y motivar a los electores para que voten por ellos o su partido. Varias cuestiones de campaña afectan la libertad de equidad de la elección: duración de la campaña, capacidad para hacer campaña libremente, neutralidad de los funcionarios electorales y acceso a los medios.

Lazarsfeld, Berelson y Gaudet (1944) definieron campañas electorales como proceso de planificar y ejecutar actividades con intención de ganar votos. (Lazarsfeld, Berelson, & Gaudet, 1944). Saussez (1986) afirma que la principal función de las campañas electorales es reforzar las convicciones de los partidarios y convencer al “elector frágil” o votante indeciso con predisposición favorable hacia el candidato que la campaña respalda (Saussez, 1986). Esto lo vemos presente en las “ayudas sociales que brindan los candidatos afectando de cierta forma la dignidad de los beneficiados rotulando cada elemento a entregar con la cara o mensaje del partido político que lo envía o proporciona, aun así, quien lo recibe en necesidad, ve esto como un acto de misericordia, podríamos decir, y graba en su subconsciente el beneficio de seguir o apoyar dicho benefactor. La evolución de los estudios que se relacionan con este tema se enlaza con el avance de las investigaciones sobre la influencia de los medios de comunicación de masas sobre la opinión pública.


En un artículo del periódico digital Acento se publica a la República Dominicana como un país que pasa la mayor parte del tiempo en campaña electoral. El problema de esta campaña permanente y constante es que, antes que ser una oportunidad para la experiencia educativa de la ciudadanía, pasa a ser un periodo que deseduca a la población, encubren la presentación de alternativas a necesidades fundamentales que todavía permanecen irresueltas. El estilo de las campañas electorales de nuestro contexto se organiza para comprometer emocionalmente a los seguidores no para que los afiliados y la población en general asuman una postura reflexiva y corresponsable. (Romero, Campañas politicas que deseducan, 2019)

En Observatorio Político Dominicano se plantea que por lo general la regulación de las campañas electorales debe girar en torno a tres ejes transversales: costos, método y duración; el último tiene una importancia privilegiada, ya que de él depende en cierta medida el correcto funcionamiento de la regulación de los demás (Martínez y Salcedo, 1998). República Dominicana no cuenta con una legislación que delimite con suficiencia el periodo en que se compite abiertamente por el voto de la ciudadanía por lo que se tiene la impresión de que el país vive en una campaña permanente.


Las campañas electorales son una expresión relevante del sistema de partidos. Las instituciones legales y la cultura política en general de una sociedad democrática están estrechamente ligadas a la competencia electoral y al sistema de partidos. Es probable que la legislación dominicana sea la más débil de todas en cuanto a regulación de tiempo de campaña (comparada con 17 países de la región) y actividades de propaganda. La campaña está ligada explícitamente al periodo electoral, la duración establecido por la Junta Central Electoral (JCE) como mínimo de 100 días, podría extenderse tanto como decida el órgano. Observando que República Dominicana es el único país que no posee un periodo específico para la realización de la campaña electoral se hace visible la importancia de periodos de campaña mas controlados y reducidos. (David, 2018)


Algunas de las problemáticas encontradas en el análisis de la situación actual y el historial de las campañas electorales en el país, la evolución y herencia que han dado como resultado lo que vemos hoy, podemos destacar las siguientes problemáticas. Haciendo una revisión de las cuestiones podríamos tener como resultado un guion de los temas relevantes que merecen solución durante estas campañas electorales, aun así, el discurso pregrabado, ensayado y tomaría el atrevimiento de decir, actuado deja mucho que desear. Los candidatos que se postulan no tienen programas claros que sirvan de contrapeso a los principales problemas que se identifican. Presentan propuestas que podrían funcionar, pero son parches para los huecos que se han roto en gobiernos anteriores. Somos audiencia de un espectáculo en que destella el derroche de los fondos públicos para marcar imperativamente la fuerza de los partidos y los candidatos. (Nuñez, 2020). La ciudadanía no cuenta con suficiente información sobre los candidatos de parte de éstos, tenemos acceso a las propuestas escritas o grabadas en las paginas web de los candidatos, entrevistas que más que política adoptan estilo de farándula y encuestas variadas cuyos autores nadie parece saber quienes son. La campaña política radica en la manipulación y persuasión bombardeante a la población.


Publicado en el Periódico El Día, la JCE presupuestó RD$10,451 millones para la organización de los próximos comicios. En presupuesto del 2019 se le asigno RD$2,100 millones como gasto electoral a la JCE y para 2020 solicitó RD$8,351 millones adicionales. Un candidato presidencial podrá gastar RD$1,391 millones ya que la ley de partidos permite utilizar 47 millones en pre campaña y 981 en campaña interna de su partido. (León, 2019). Todos los partidos se benefician de estos fondos públicos para las infinitas caravanas pancartas, “ayuda” social, vallas, entre otras actividades comunes de campaña. Las problemáticas de esta cultura de campaña electoral en la República Dominicana no han sido dirigidas o acogidas por los partidos dentro de sus propuestas, sino que particulares de los medios han traido el tema a colación y ponerle nombre a lo que todos sufrimos: una campaña política permanente. Específicamente en una entrevista de Carolina Santana a Raquel Peña, candidata a la vicepresidencia por el Partido Revolucionario Dominicano afirmó: “Vamos a hacerlas (campañas políticas) de otra manera, vamos a no gastar tanto dinero en esto… vamos a disminuir esos fondos para cada partido político, y es verdad, necesitan recibir esos fondos, pero no en esa magnitud y que el propósito sea otro…”. Hay un problema concreto e identificado, ¿Qué falta? Resolverlo, crear propuestas, plantearlas, darles la importancia que requiere y reclamar soluciones.


Bibliografía

Choo, C. (1999). La organización inteligente: el empleo de la informació para dar significado, crear conocimiento y tomar decisiones. Mexico: Oxford University.

David, J. (2018). Limitación temporal de las campañas electorales en República Dominica y América Latina. Observatorio Politico Dominicano.

Elster. (1996). Tuercas y tornillos. Barcelona: Gedisa.

Lazarsfeld, P. B. (1960). Buneos Aires: Piados.

Lazarsfeld, P., Berelson, B., & Gaudet, H. (1944). The Peoples Choice. New York: Columbia University Press.

León, D. d. (1 de agosto de 2019). Gasto electoral para 2020 calificado de “barbaridad” por los políticos. EL Día.

Nuñez, M. (14 de marzo de 2020). La campaña electoral ante la historia.

OPD. (2019). Jóvenes podrían decidir elecciones de 2020, revela estudio del OPD-FUNGLODE .

Romero, D. G. (16 de 09 de 2019). Campañas politicas que deseducan. Acento.

Romero, D. G. (16 de 09 de 2091). Campañas electorales que deseducan. Acento.

Saussez, T. (1986). Politique Seduction. Comment les Hommes Politiques Reussissent a vous Plaire. Lattes.

Simon, H. (1982). El comportamiento administrativo. Buenos Aires : Aguilar.

Simon, H. (1982El comportamiento administrativo). 1982. Buenos Aires: Aguilar.

29/06/2020

 
 
 

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albertoreynae
23 ביולי 2020

Nuestra sociedad esta acostumbrada a la mentira, promesas falsas y buscar su beneficio sin importar a quien destruye en el proceso.


Necesitamos mentes frescas que puedan ver un poco mas lejos, volver al pueblo y a la gente.

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